Corre despacito

Me puse en pie sobre los pedales , intentando acelerar lo máximo posible , sin mirar atrás . Si lo hubiese hecho , habría visto como el propietario de la bici se levantaba muy despacito del suelo , doliéndose de un brazo y con la cara atónita , pero no , no mire .

En su lugar , intenté adaptarme a la bici, un tanto pequeña para mí , y que , incluso , parecía desviarse marcadamente a la derecha . Además , los pedales eran un asco, y se me clavaban en las plantas de las zapatillas .

Doscientos metros más adelante , era cuestión de empezar a pensar a donde dirigirse . Una posibilidad, volver al Hotel, pero temía que a estas horas estuviera ya localizado y tuviera un comité de recibimiento . Otra , vagar sin rumbo, ya que si ni yo mismo sabía donde iba , menos aún los tipos que estaban detrás de mi sombra .

Pero de pronto decidí acercarme a casa de Alizia , sin saber porqué .

Tras más de cuarenta minutos de paseíllo , me detuve dos manzanas antes del portal de la casa de Alizia , y dejé la bici apoyada en una farola . Recordaba ( mi maldito entrenamiento ... ) como una vez la propia Alizia había mencionado en la pausa del café que su piso era el último y como sus ventanas daban a una placita con árboles .

Inmediatamente me hice una composición de lugar e identifiqué las ventanas de las que hablaba Alizia . Había suerte , encima de ellas , en lugar de un tejado normal , se adivinaba una terraza comunitaria .

Toqué un botón del portero automático . Sin respuesta . Otro más , y entonces pedí que me abrieran para dejar un sobre en el buzón del vecino que no me había contestado antes . Sin problema alguno ,me abrieron la puerta .

Ahora sólo quedaba subir hasta el último piso .

Estoy detrás

Me senté en un banquito convenientemente apartado , y desde el que tenía una aceptable visibilidad . Como esperaba , el teléfono estaba encendido , así que no había problemas con el PIN , sólo marcar y listo .

Mis dedos estaban a medio marcar el número de la ofi , cuando cambié de opinión , y borré el número de la pantallita . Saqué la nota de Alizia y teclee el número que aparecía en el papel .

La voz que se oyó por el auricular no era la de Alizia , lo que entraba dentro de lo esperable . En su lugar , una voz femenina , muy neutra , me hacía una pregunta sorprendente :

-- “ Parque de Tribleka , esquina sureste .. ¿ confirma posición? “

Ante mi silencio la voz repitió la frase al no obtener respuesta .

Rápido , piensa rápido . ¿ Se trata de un ordenador localizando la llamada de mi móvil...? . Si esto era así , la segunda vez que me hizo la pregunta tendría exactamente la misma entonación que la primera . Pero no me había dado tiempo en fijarme en el detalle . Me quedé callado esperando a ver si tenía suerte y volvía a sonar la frase .

--- “ Parque de Tribleka, esquina ..”

Colgué . Era la misma frase repetida literalmente , entonación por entonación . Una máquina de localización. Había caído en una trampa , casi con toda probabilidad .

Había que largarse de este maldito parque inmediatamente . Y además , tenía que hacerlo sin utilizar ningún medio normal de transporte , ni taxis , ni buses ni nada de eso , pues sería rastreado. Lo primero de todo , apagar el teléfono . Luego lo deposité debajo del banquito , y me puse en pie .

Estaba a punto de volver al coche del que había cogido el teléfono , cuando por el camino de la derecha apareció un tipo encima de una bici .