El alma de las cosas

Me da una sensación de agobio dentro del portal . O , más bien , de peligro , diría yo , por lo de meterse en la boca del lobo y tal . Pero lo cierto es que la atmósfera que se respira es de lo más apacible . No hay nadie , y dudo en si tomar el ascensor .

Rápidamente deseché la idea , pues tenía que averiguar cómo salir al tejado , así que tomé la escalera . Subí despacito , pero alerta a todos los sonidos . No oí nada fuera de los corrientes ruidos domésticos . En cosa de un par de minutillos estaba en la última planta , la de Alizia . Sin embargo , la escalera ascendía un poco más , hasta la terraza superior .

Sin embargo , los escalones terminaban en una puerta maciza de metal , que imagino que daba acceso a la maquinaria del ascensor , o a la terraza . Como no tenía nada apropiado para abrirla , me dirigí hacia un ventanuco, que parecía dar a un patio interior . Bingo , éste si estaba abierto . Asomé la cabeza y vi que el murete superior de la terraza no quedaba muy lejos . En pocos segundos identifiqué unos cuantos asideros . La cosa era posible.

Sobre todo sin mirar para abajo .

Unos cuantos dedos despellejados en los cantos de los hierros diversos que afloraban por la pared del patio , y ya estaba arriba . La terraza no era nada amplia , pero lo primero era orientarme y situar donde estaba , por abajo , el piso de Alizia . Fácil , sólo había que buscar el parque . Y luego descolgarse hasta su balcón .

Varios rasponazos después , aterricé en el balconcito . Mala suerte , la puerta estaba cerrada . En un armarito de esos de guardar cachivaches que estaba en una esquina del balcón , encontré unas tijeras de podar que me vinieron ad hoc para forzar la puerta de entrada al piso .

Dicho y hecho . La puerta daba a un salón . Lentamente , inspeccioné el resto de la casa . La cocina estaba vacía , pero muy ordenada . El baño , lo mismo .

Me acerqué al dormitorio . Este no estaba vacío . Encima de la cama , hecha un ovillo , estaba el cuerpo, estrangulado , de Alizia .