domingo, junio 11, 2006

Procurarse una vida cómoda





Tardamos casi 6 horas en poder recuperar a Luke .

Lo que quedaba de Luke .

Su armazón principal parecía haber resistido bien , pues no presentaba daños estructurales , aparentemente . Es decir , que sus extremidades estaban más o menos en sus sitios . Pero su cobertura exterior estaba muy cizallada por los cortantes bordes de las piedras del abismo .

Con la ayuda , forzada ,de Claudia y , más tarde de los tipos del servicio de mantenimiento , conseguimos trasladar a Luke a la furgo de los técnicos .

No nos dijeron cuánto tiempo tardarían en arreglarlo . Tampoco mencionaron nada de presupuestos , ni de facturas . Una pena , porque hubiese aprovechado la ocasión para echarle una mirada de lo más obvio a Claudia .

Esta parecía feliz . Cuando le pregunté si estaba contenta , después de despeñar a Luke , dijo que llevaba así toda la jornada . La mía , es decir, la fotográfica , estaba totalmente arruinada , pues la luz , después de toda la operación de rescate , ahora era de lo más anodino , es decir , intensa y mutilando los colores del cañón .

Así que lo único que nos quedaba era subirnos en mi furgo y emprender el regreso . Evidentemente , mi intención era la de llevar a Claudia a su casa directamente , antes de que se le ocurriera alguna otra gracieta .

Pero , claro , tratándose de Claudia , la cosa no iba a resultar tan sencilla .


Primero se resistió a abandonar el cañón , pues decía que ( ella, de piel casi transparente ) que hacía bueno para tomar el sol . Al poco me propuso jugar al escondite . Aquí me temí lo peor , y me subí de inmediato a la furgo , llaves en ristre , amenazándola con dejarla a pie .

En el viaje de vuelta no pude dejar de permanecer con todos los sentidos en alerta , y no sólo concentrados en la carretera . Cada vez que abría la guantera , o su bolso , mi adrenalina se disparaba .

Un par de veces , estuve a punto de pensar que intentaba coger el volante , pero sólo puso el brazo en el respaldo de mi asiento . Tras el gesto , vino el silencio durante 3 kilómetros .

- ¿ Te lo he contado ..?

- El qué .. – repuse .

- Cómo me soltaron ... de allá ....

- Pues ..., no .

- Fue muy fácil . Más de lo que me hubiera parecido . Sólo tuve que prometerles , más o menos , que no iba a volver a hacerlo . Que quería dejarme de líos . Estar en mi casa , un trabajito cercano y casi nada más . Y , claro , tuve que decirles dónde tenía guardadas todas mis armas . Ya ves qué sencillo .

- Sí , claro , ... sencillísimo .


Puse la radio de la furgo . Sonó una especie de canción protesta .

El aspecto relajado de Claudia era casi amenazador .